
Hoy, Día de la Mujer, PROTESTAMOS; no celebramos. Te cuento por qué.
En noviembre de 1909, Rose Schneiderman, Clara Lemlich, Pauline Newman y otras compañeras, promovieron una huelga general textil que se convirtió en “La revuelta de las 20.000”: la huelga de mujeres más grande en la historia de los EEUU. A pesar de que sólo consiguieron una pequeña parte de sus reclamaciones, fue el inicio de cinco años de lucha que convirtieron el sindicato textil en el más organizado y fuerte de todos.
Dos años después, en pleno auge de las protestas por las condiciones laborales y cuando ya se había celebrado el primer Día Internacional de la Mujer, el incendio provocado por la patronal de la Triangle Shirtwaist Company de Nueva York, asesinó a 146 mujeres (la mayoría inmigrantes explotadas de entre 14 y 32 años) mientras trabajaban encerradas en un edificio de 6 plantas.
La tragedia, la indignación y la lucha sindical creciente lograron reunir a más de 120.000 personas (la mayoría mujeres obreras) que asistieron silenciosamente a la manifestación-funeral. Caló tan hondo que sirvió de impulso en la lucha por los derechos de las trabajadoras y fue recordada hasta el día de hoy 8 de Marzo 2016, Día Internacional de la Mujer.
En la ceremonia final, Rose Schneiderman dió un discurso que hizo historia.
“Las trabajadoras deben tener pan, pero también deben tener rosas”.
Sus palabras fueron inspiradoras del famoso poema de James Oppenheim “¡Queremos el pan y las rosas!”
La frase se popularizó porque expresaba el sentimiento de millones. Bajo este lema las mujeres exigían la abolición de explotación de menores, mejora de condiciones laborales y el Sufragio universal entre otras. Trabajadoras y trabajadores por todo el planeta se solidarizaron hasta hoy con las luchas de otras y otros, para denunciar las desigualdades y celebrar las victorias del movimiento feminista. Por eso hoy 8 de Marzo seguimos saliendo a la calle, porque el levantamiento de las mujeres es el levantamiento de la humanidad. Seguimos gritando y alborotando para acabar con el orden establecido por nuestras mujeres, por las que ya no están, por las que aún no han nacido, por el pan y por las rosas.
Salgamos juntas a las calles por un feminismo amplio y sólido que luche contra todas las opresiones: el sexismo, el racismo, el clasismo, el etnocentrismo y la discriminación por opción sexual, entre otras.
¡Queremos el pan y las rosas!
poema de James Oppenheim
Mientras vamos marchando, marchando a través del hermoso día
Un millón de cocinas oscuras y miles de grises hilanderías
Son tocados por un radiante sol que asoma repentinamente
Ya que el pueblo nos oye cantar: ¡Pan y rosas! ¡Pan y rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, luchamos también por los hombres
Ya que ellos son hijos de mujeres, y los protegemos maternalmente otra vez
Nuestras vidas no serán explotadas desde el nacimiento hasta la muerte
Los corazones padecen hambre, al igual que los cuerpos
¡dennos pan, pero también dennos rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, innumerables mujeres muertas
Van gritando a través de nuestro canto su antiguo reclamo de pan
Sus espíritus fatigados conocieron el pequeño arte y el amor y la belleza
¡Sí, es por el pan que peleamos, pero también peleamos por rosas!
A medida que vamos marchando, marchando, traemos con nosotras días mejores
El levantamiento de las mujeres significa el levantamiento de la humanidad
Ya basta del agobio del trabajo y del holgazán: diez que trabajan para que uno repose
¡Queremos compartir las glorias de la vida: pan y rosas, pan y rosas!
Nuestras vidas no serán explotadas desde el nacimiento hasta la muerte
Los corazones padecen hambre, al igual que los cuerpos
¡pan y rosas, pan y rosas!
«Pan y Rosas» escena de la película Pride
«Pan y Rosas» versión contemporánea