
Una de las integrantes del Grupo punk feminista Pussy Riot decidió comenzar una huelga de hambre hace una semana, a modo de protesta por las horribles condiciones laborales y sanitarias y malos tratos a las que ella y demás presas son sometidas en la prisión IK-47 donde cumple la pena.
Nadezhda Tolokónnikova sólo ha ingerido agua en la última semana. Ayer, después de 6 días, por recomendación de los médicos, Tolokónnikova aceptó ser trasladada al hospital para «una vigilancia dinámica de su estado de salud», explicó a las agencias rusas un portavoz del Servicio Federal de Prisiones ruso para la república de Mordovia, donde la joven cumple su condena a dos años de prisión por «gamberrismo motivado por odio religioso» tras escenificar en febrero de 2012 una plegaria punk en el principal templo ortodoxo ruso.
Junto a sus compañeras de grupo, mantiene su inocencia e insisten en que su acción en la catedral de Cristo Salvador de Moscú tenía fines políticos y no estaba dirigida contra los creyentes ortodoxos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha respaldado en varias ocasiones la pena de cárcel, mientras que el primer ministro, Dmitri Medvédev, considera que las jóvenes ya han pagado con creces su culpa. Lo que está claro es que si Putin se caracteriza por algo, es por ser implacable con sus decisiones y con sus detractores.
Por ese par de ovarios bien puestos más la fuerza y valentía de enfrentarse al establishment ruso de Putin, quiero mandar un grito de solidaridad y mi máxima admiración y respeto para estas chicas.
Abogo ante todo por el derecho de cualquier ser humano a representarse a sí mismo y manifestar libremente sus ideas con libertad de expresión. Detesto el abuso de poder de nuestros políticos aleccionando a través de la represión y el miedo, llevando al límite su resistencia y si se da el caso llegando a la muerte. Así seguimos, tranquila y airadamente, bienvenidxs al siglo XXI…
Con tanto conflicto ante Rusia, tanto armamento y presión a todos los niveles que ofrece Putin, a ver quién se atreve con él. Estas chicas se han atrevido y espero firmemente que el eco de sus voces y su valentía se nos pegue un poquito. Ojalá que pronto puedan estar junto a sus familias y que nunca pierdan la fuerza de gritar con todas sus ganas porque ellas también son p.nitas*. Y es que p.nitas* somos tod@s.
Libertad de expresión expresión en su máxima potencia. FREE PUSSY RIOT!
- info: freepussyriot.org
- fuente: publico.es