
Continúamos la lectura colectiva de El Segundo Sexo de Simone de Beauvoir.
El corte número 23 lo ha leído Rosario ♥, venimos desde Guatemala, donde se grabó el anterior corte de nuestro audiolibro colectivo, ahora nos vamos a Villarubia de los ojos, en Ciudad Real, España, para escuchar a Rosario Alises ¡ muchísimas gracias compañera!
Pasen lean y escuchen…
En este nuevo fragmento de El Segundo sexo de Simone de Beauvoir, Rosario nos ha preparado la grabación desde la página 246 «La mujer trata algunas veces de luchar» hasta la página 256 «…entonces comprendió ella que ni siquiera su celo la había hecho indispensable»
Continúan las reflexiones sobre la institución del matrimonio, interesantes y diversas. Completas y constructivas a pesar de la lejanía en el tiempo, una vez más.
La compañera Rosario comparte con nosotras la siguiente reflexión sobre la lectura:
El libro de “El Segundo Sexo” está siendo ahora objeto de lectura por nuestro club de lectura feminista, en Ciudad Real, y para mí, que es la primera vez que lo leo, está siendo todo un descubrimiento. Estoy viviendo la misma sorpresa que experimentaron mis hermanas de hace casi un siglo cuando se veían identificadas con los párrafos de este libro y cuando descubrían que “ahora comprendemos perfectamente lo que nos pasa”.
Es un derroche de conocimientos y sabiduría lo que se desprende de este libro, que hace un recorrido serio y minucioso por todas las etapas y circunstancias que nos han podido influenciar en tanto que mujeres. Desde la biología hasta las relaciones afectivas, pasando por casi todas las disciplinas. He llegado a pensar que con la lectura de solo este texto, extenso y completo, una puede abordar sin complejos cualquier conversación en la que se habla de feminismo y de las mujeres.
Particularmente bonito es el fragmento que me ha tocado leer, desde la página 246, en el que se describe sin adornos y en toda su crudeza cómo es o suele ser la vida de casada. Nos presenta, a través de unas pocas parejas literarias, lo que significa la institución del matrimonio tanto para los hombres como para las mujeres.
Nos desgrana la mezcolanza de sentimientos contradictorios que tienen las mujeres cuando se ven atrapadas en una relación por tanto tiempo deseada, pues para eso las han educado, y que ha devenido en fraude. Contrapone las conclusiones que de ello sacan los hombres, ahondando aún más la brecha que separa ambos sexos en cuanto a igualdad se refiere, ya que surge un nuevo estereotipo femenino: de las bellezas angelicales y reinas del hogar que eran durante el noviazgo o primeros meses del matrimonio, pasan a ser las pérfidas y frígidas aguafiestas cuando no se dejan dominar.
“A toda acción le corresponde una reacción, de igual fuerza y de sentido opuesto” dice la segunda ley de Newton. Las mujeres reaccionamos a la opresión masculina con desplantes, celos, humillaciones, enredos, maledicencias. Simone de Beauvoir nos viene a consolar: todo esto es fruto de la educación. No hemos nacido para eso. Con una vida en libertad e igualdad, las mujeres tenemos iguales capacidades e iguales talentos.
Insisto en que la lectura de este libro es imprescindible para iniciarse en el feminismo. Si antes o después de su lectura, complementamos con la escucha de los cortes del audiolibro, el aprendizaje y la compresión de múltiples conceptos básicos está garantizado.
Gracias, p.nitas, por tanto como compartes ♥
Muchísimas gracias a ti compañera, te admiro muchísimo y te agradezco enormemente que hayas tenido tiempo para colaborar con las 23 voces que somos de momento las que llevamos leyendo y grabando «El Segundo sexo» de Simone de Beauvoir.
La frase que Rosario ha elegido para que realice el dibujo es la siguiente:
«Esa compleja mezcla de apego, rencor, odio, consigna, resignación, pereza, hipocresía, que se llama amor conyugal solo se finge respetarla porque sirve de coartada»
Y para escuchar el audio del fragmento de la lectura dale al play
Si quieres participar en la lectura de un fragmento escríbeme a hola@pnitas.es con el asunto «El Segundo Sexo».
Gracias por escucharnos, ¡seguimos! ¡p.nitas* somos todos y todas y todas quienes no nos identificamos con la denominación todos ni con todas!